Monumentales carretas con cientos de cochayuyos se pueden observar estacionadas por las calles de Temuco, junto a dos bueyes mansos y un señor que grita un precio que parece muy barato para tanto trabajo.
Cada pieza enrollada en sí misma a mano, tiene una historia de cientos de años y se ve aquí, en las calles del centro de Temuco, en una controvertida mezcla entre lo moderno de los edificios de vidrio y lo tradicional de esta costumbre sepia. La historia de esta alga dentro del territorio empieza mucho antes de que se creara Chile en la época prehispánica.
El cochayuyo es un alga de gran tamaño que crece en las costas más al sur del océano pacífico. La ruta de esta planta empieza con familias mapuche lafkenche que se encuentran en las zonas costeras de Puerto Saavedra y Teodoro Schmidt. Recolectan hasta el día de hoy todas las algas que el oleaje acerca a las playas, o bien, bucean buscando en el piso marino las bases para cortarlas y tener hojas de más de 15 metros.
Con mucho trabajo se desenredan todas las hojas de la planta para enrollarlas en sí mismas, girando la hoja y haciendo múltiples nudos que al secarse quedan fijos y fuertes. Con estos atados se montan cientos de fardos en las carretas de madera y se comienza el viaje a pie. Por más de 7 días se desplazan cerca de 20 carretas para llegar al centro de Temuco para vender esta pieza arqueológica en la modernidad.
Puedes encontrar este monumento de la cultura lafkenche de La Araucanía en las esquinas de la Plaza de Armas o en la Feria Pinto. Ven a Temuco y sé parte de la ruta del cochayuyo.
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Para más información visita el proyecto del Ministerio de las Culturas, Arte y Patrimonio "La Ruta del Cochayuyo" aquí.
Ve el documental "Hombres del cochayuyo" aquí.


